The White Hospital

Con cautela nos acercamos, con sigilo lo exploramos y con alegro nos marchamos.

Un lugar para soñar, un lugar para recrear, un lugar para meditar pero también, un lugar para llorar.

La suerte le ha sonreído, pensamos, pues no entero está abandonado, todavía un edificio en uso se ha conservado, aunque la capilla, y otra edificación la han dejado.

En distintos años se ha deshabitado, en 2002 le toco a una parte, y en 2012 otra se ha abandonado.

Será cuestión de tiempo, que cierre al completo.

 Quizás por estar tan alejado, se ha salvado de vándalos, quizás debido a su reciente fecha de abandono, pero lo que está claro, es  que de lo que no se va a salvar, va a ser de nuestro vendaval, un vendaval de miradas, fotografías y lo más importante de melancolía, melancolía que se siente al acceder a un lugar, donde hubo vida, y ahora solo hay oscuridad, oscuridad que te envuelve, que no te deja ver, oscuridad que te hace remover, remover en un pasado, todavía hoy cercano, que con el tiempo se irá alejando hasta ser un recuerdo destrozado.

Sus gélidas paredes nos trasmitían dolor, dolor que fue cambiando hasta ser algo angustiado, que se mezcló con el terror y finalmente...¡puf!, ¡estalló!

Otros puntos de vista de este asombroso, pero temido lugar, que por todo prometimos no desvelar.
abandored.blogspot.com
elcanaldelabandono.blogspot.com

La primera ventana abierta nos dió paso a un mundo de fracaso, producido en 2012 por el gobierno y el estado.

 Este siniestro pasillo nos mostraba decenas de habitaciones, ahora vacías, pero en no mucho se llenarían con nuestros cuerpos y la fotografía.
Como este hospital, muchos habrá sin esperar demasiado, su cierre está al llegar, desgraciadamente esto es así, no se puede remediar, pero si que podemos actuar en contra de esta sociedad.

Casi todo el mobiliario había desaparecido, tan solo las camas y un par de zapatillas eran los testigos.
Continuamos por el pasillo, fascinándonos con cada habitáculo, como si de un cuento se tratase, nosotros pertenecíamos a los personajes, y el lugar, el paraje de rodaje.

Otra cama nos esperaba en la siguiente habitación, esperábamos impacientes la llegada a la cocina, o mejor aún...de la capilla.

Continuamos caminando por angostas habitaciones, y oscuros pasillo, hasta llegar a un portón...
-¿Que habrá?-
-¿Que será?-
Preguntábamos al retornar la marcha y el caminar, la respuesta no tardo en aparecer...¡la capilla! con entusiasmo y alegría accedimos a la iglesia, procurando no disipar aquel aire sepulcral que invadía el lugar.

Aquí está la capilla, bonita y cuidada, pero aún así, abandonada, por suerte, el muy reciente abandono, ha respetado este templo, que aunque con miedo, nos acepto a verlo.

Una pequeña pianola todavía se conserva, como si el tiempo se hubiese detenido en ella.

Bonitas vidrieras cubrían la iglesia, algunas aún enteras, pero otras, ya longevas, esperaban su fractura entes que la ayuda.

Como es normal en una iglesia, el coro no podía faltar, no pudimos verlo, pues cerrado se encontraba, pero lo que si que aseguramos: de algo bonito se trataba.

 Continuamos el recorrido por distintas plantas, curiosos radiadores encontramos en la tercera que con angustia nos recuerdan, un pasado floreciente, hoy lleno de cenizas, un futuro intermitente, que en la luz desaparece.

Hasta aquí este breve reportaje, en honor a este caído, que esperamos que reviva en un futuro no tardío.